sábado, 31 de diciembre de 2011

Lythene


Selina se durmió abrazada a mí, estaba bastante asustada, y no la culpé, si esa piedra era de "Los Otros" la iban a venir a buscar. Además por el momento todo lo que había visto a través de Whitewing se había cumplido eso significaba que la visión que había tenido podía ser perfectamente real.
Nos cubrí con mi capa para resistir el frío de la noche, Ser William se había quedado en la tienda.
Como caballero que soy no puedo dejarla sola... pero eso significa ir al muro... Ir al muro con Selina, solos, eso son varios meses de viaje... sin alcohol y sin mujeres más que ella... No es que me moleste pero eso no puede ser bueno ni para ella ni para mí...
No sé cuando me dormí, cuando me desperté el fuego ya se había apagado, estaba amaneciendo y Selina todavía dormía. Me quedé mirando el cielo, esperando que se despierte y recordé cuando hacía eso mismo diez años atrás con Lythene. Su cabeza descansaba sobre mi pecho y yo la escuchaba respirar... podía quedarme así por horas...
Necesito una cerveza...

No pasó mucho hasta que ella se despertó. Cuando abrió los ojos me miró y me dijo:

-Buenos días- sus ojos reflejaban algo de duda, quizás creía que iba a irme.
"No me mires así que bastante raro ya está todo" pensé.

-Buenos días. Veo que estaba cómodo mi hombro.

Pareció tomar coraje antes de hacerlo pero me besó.

-Mucho... Gracias...

No parecía querer soltarme así que le seguí el beso un rato más.

-Creo que no está bien que me beses mientras está acá Ser William. Voy a tener que pedirle disculpas por haberlos interrumpido a la noche…

-Me estaba contando sobre el sur... no pasó mucho... sobre las enormes torres, como es Kingslanding... esas cosas...

Me reí. Varias veces yo había hecho eso mismo para conquistar mujeres.

-Bueno, tendrás que conformarte con mis historias mientras viajemos al norte, supongo que él no vendrá… aunque no se lo impediré si quiere hacerlo. Le enviaré un mensaje a mi primo lo antes posible y sería bueno que partamos cuanto antes.

-¿Al norte?, ¿Qué vamos a ir a hacer al norte?

-Bueno, te voy a explicar la situación… pero por los siete dioses, no te asustes y escuchame- hice una pausa para pensar bien qué era lo que iba a decirle, no quería asustarla más de lo que ya estaba- El “no muerto” que te atacó no es el único que anda dando vueltas por estas tierras. En total eran cinco, por lo que quedan cuatro si contamos el que ya eliminamos. Por eso no podemos arriesgarnos a quedarnos en el Trono del Relámpago. No puedo dejar que esas cosas caminen cerca de las tierras de mi primo… El único lugar en el que creo que podemos obtener una respuesta sobre esa piedra es en el Muro.

-Pe... pero... ¿al norte no hay más de esas cosas?... ¿¿y si atacan el muro??

-Serían muy tontos si atacan contra un muro, es evidente que algunos ya pasaron de este lado, y esos son los que más me preocupan… A como está la situación hay dos cosas que podemos hacer, la primera, quedarnos en algún lugar y esperar que nos encuentren. La segunda es ir al muro y que la guardia nos ayude a liberarte de lo que sea que hace esa piedra… A todos los efectos prefiero la segunda opción.

-Pero... ¿a la muralla?, no...

Selena estaba blanca como una hoja y comenzó a temblar, siempre la había visto como una mujer valiente y decidida y ahora... esa imagen se había cambiado por la de una mujer indefensa que necesita ser protegida. Y yo no podía dejar a una mujer indefensa sin protección... le pasé la mano por el pelo intentando calmarla.

-Ojalá hubiera podido ir solo, era mi idea en un primer momento, pero parece que no hay más opción… y no se me ocurre a alguien más que podamos recurrir por algo así… aunque me ofende un poco que no quieras venir al norte a pasear conmigo… no soy tan aburrido…

-Pero la muralla esta llena de criminales.... y violadores.... y monstruos..... no es que no quiera estar con vos...- dijo y me abrazó con fuerza.

Ese abrazo solo confirmaba más mi teoría de que ella sí sentía algo por mí, algo más que pasar una buena noche con un caballero... eso se estaba complicando... pero no podía dejarla sola...

-¿Y vos pensás que yo dejaría que te hagan algo?

-No... pero tengo miedo... solo quería eso que se veía lindo... no quería tener nada que ver con todo esto.... ¿no me vas a abandonar no...?, ¿te vas a quedar conmigo hasta el final... no?

-Tranquilizate- le seguí acariciando el pelo para que se calme- No te voy a abandonar, ni te voy a dejar sola… pero necesito que vengas conmigo, sé que no es fácil lo que te estoy pidiendo, pero no tengo más opción que llevarte, si de mí dependiera no te llevaría a un lugar así. Además ya te dije que mientras tengas esa piedra no me voy a separar de vos.

-Te voy a seguir a donde me lleves...- se me abrazó al cuello apoyando su cara contra él.

No hagas eso, eso era lo que hacía Lythene siempre...
Suspiré, tenía que seguir adelante, ya no podía volver atrás, pasara lo que pasara. Pasó un rato hasta que recuperé el control y volví a hablarle.

-No podemos perder tiempo, tenemos que volver al Trono en busca de provisiones y tengo que hablar con mi primo.

No la solté, esperaba que ella me soltara primero pero todavía no lo hacía cuando Ser William salió de la tienda desperezándose.

-Buenos días- dijo con un bostezo- mierda que dormí, no esperaba dormir tanto...

-Buenos días Ser William, se duerme bien aquí a pesar del frío.

Él se rió.

-No me parece que lo estes sufriendo mucho Ser Frank! me parece que no lo sufriste en toda la noche.

Me reí. Selina poco a poco se fue soltando.

-Le pido disculpas por haberlos interrumpido anoche, pero confíe que fue por una razón que no se podía posponer...- me paré. La miré a Selina y le dije- Voy a ir a ver a mi primo, ¿te querés quedar con él mientras voy? Eso siempre y cuando él me prometa que se quedará aquí hasta que yo vuelva.

Confiaba en que era un buen caballero y la iba a cuidar mientras yo regresaba.

-No parece que ella quiera separarse, pero si se queda prometo cuidársela.

Selina tenía los ojos clavados en mí cuando me di vuelta para ir a buscar el caballo.

-Usted debe saber que siempre son las mujeres las que deciden- sonreí- tendremos que partir pronto, espero que la próxima vez tengamos más tiempo para conversar y compartir una cerveza en la taberna.

Escuché que Selina murmuró:
-Como vos digas Frank...- el tono en que lo dijo parecía triste, parecía estar decepcionada y por primera vez no me miró a la cara.

"Frank no te vayas"
"Perdoname Lythene, tengo que partir, la guerra llegará aquí sino la frenamos, no puedo dejar que te hagan daño a vos y a nuestro hijo"
La besé dulcemente, sabía que a ella le preocupaba que a mí me pasara algo.
"No vas a estar cuando nazca el bebé..." unas lágrimas cruzaron sus mejillas y casi estuve a punto de quedarme, pero no lo hice. Le sequé las lágrimas y la volví a besar.
"Vas a estar en buenas manos, tu padre, tu madre y tus hermanas te van a cuidar"

La última imagen que tuve de Lythene fue de tristeza, las lágrimas que derramó ese día fueron por mi culpa... apreté el puño y gracias a los dioses pude controlarme. Entonces escuché que Ser William me decía:

-Bueno, yo se la cuido Ser Frank, pero traiga un buen vino del Trono, y mandeme a mis hombres, no me gusta viajar solo.

Subí al caballo dispuesto a irme ¿irme otra vez? ¿y si pasaba algo y Ser William no podía protegerla? En vez de seguir el camino volví hacia donde estaban ellos, Selina pareció sorprendida cuando le tendí la mano y le dije:

-No me convenció tu tono. Ser William, supongo que vendrá usted también, mi primo lo atenderá con honores en Trono del Relámpago.

Selina subió atrás mío y Ser William se apeó de su caballo y montó.

-Bueno, siempre es bueno volver al Trono, su taberna tiene buenas habitaciones, además me hablaron maravillas de esa chica Elaine...- dice como pensando para sí mismo.

-Y no le mintieron... dígale al señor Patrick que va de parte mía, le dará cerveza de la buena.

-Jajaja sí sí, buen hombre, muy agradable ¿sabías que apuestan sobre las discusiones de Mildred y Bandar?

Me reí.

-Sí, lo sabía, pero yo no apuesto, sería deshonroso porque yo sé lo que pasa en la fortaleza, además, solo hay que apostar por Mildred para ganar, no es muy divertido... me gusta más competir en las proezas de fuerza.

-Jajaja sí me dijeron que Kevan hizo algo de dinero apostando en las peleas

-No me refería a las peleas, en esas por lo general compito cuando ya estoy borracho... me refería a las pruebas de fuerza que se hacen con los brazos, sentados a la mesa y enfrentados.

-Ahhh sí, me dijeron que es bastante bueno en eso... yo prefiero probarme en los campos del honor... bueno, a menos que conquistar señoritas cuente como competencia.

Me reí.

-Usted se lo pierde. ¿No le parece que un hombre casado no debería estar por ahí correteando señoritas?

¿Y él hablaba de honor cuando estaba engañando a su mujer?

-Es complicado, pero por lo menos no lo oculto como otros que se hacen los honorables y honestos... hasta que cae la noche, y después van con el rostro tapado a hacer lo mismo sin que nadie se entere.

-No todos se casan por amor...

En esos momentos recordé a Lythene con su vestido largo blanco, el cabello rubio medio recogido y la tiara sobre su frente, estaba hermosa el día que nos casamos, siempre estaba hermosa...

-...como mi primo. Por eso yo no voy a casarme nunca jajajaja

-Me imagino que algunos tienen la suerte de no ser forzados al matrimonio por algo arreglado antes de nacer...

-En esas cosas creo que la gente del pueblo, me refiero a los que no son nobles, tienen mejores experiencias. Conocí pocos casos donde los hayan obligado a casarse por dinero, tierras o una mejor posición.

-Pero no es nuestro caso Ser Frank, nosotros somos nobles, nos toca hacer honor a la familia y casarnos con quien tenemos que casarnos, nos guste o no, y vivir con eso lo mejor que podemos, yo creo que mi esposa y yo lo estamos llevando bastante bien.

-Lo sé, por eso dije que en eso prefiero a la gente del pueblo. Deben llevarlo bien, seguramente ella hace lo mismo que usted, sería lo más justo.

Me di cuenta que ese comentario había estado de más, lo había pensado y lo había dejado salir sin darme cuenta. Pero él no pareció ofendido.

-No lo sé... nunca me preocupé por enterarme, mientras tenga niños y niñas rubias no hay problema, sino serán snows, por ahora es así.

No acoté más nada. Selina no esta muy habladora, bastante raro en ella, solo estaba agarrada de mi capa con la cara contra mi espalda. William comenzó a tararear una canción que recordaba haber escuchado en la taberna, algo más bien alegre. Eso era típico de viajero, tararear canciones mientras se recorrían los caminos...

-Me comentaron que están pensando hacer un torneo en el Altar, ¿es verdad?

-Así es, pero todavia no esta definido. Espero que mi primo me espere hasta que regrese porque me gustaría mucho participar.

-Eso espero, en ese caso me voy a anotar al combate mano a mano también, siempre me quise medir con un Blackstorm.

-Si no tuviera que irme enseguida le diría de medirnos esta noche en la taberna, pero no habrá tal suerte... así que habrá que esperar al torneo- Selina seguía callada así que le pregunté- Selina estás bien, no hablaste desde que salimos

-Sí...

-Aunque ese "sí" no haya sido nada convincente al menos sé que todavía podés hablar... ¿Ya pensaste a quién vas a dejar a cargo?
-¿De que?
-De tu trabajo
-No hay nadie a quien dejárselo, solo estoy yo.
Eso tampoco había salido bien, quise hablarle de algo para que se distrajera pero terminó deprimiéndose más.
-No te preocupes, tendrán que arreglárselas un tiempo sin vos, aunque seguramente sea difícil... Podrías entrenar a alguien a tu vuelta.
Sentí como si hubiera apretado su cara contra mi capa. Esto iba a ser más complicado de lo que pensaba...
-Está bien...
Tenía un par de cosas para decirle pero no quería que Ser William escuchara, así que me puse a tararear una canción del camino. Cuando terminé la canción ella me preguntó:

-¿Que me va a pasar?- lo dijo muy bajo para que solamente yo la escuche. Decidí adelantar un poco el caballo y hablarle en ese momento.
-No te va a pasar nada, ya te lo dije no te voy a dejar sola. Pero el viaje va a ser largo, y podemos pasarla bien o pasarla mal. Preferiría que fuera la primera opción.
Sentí su mano acariciarme la cara.

"Frank, te voy a amar por siempre, incluso cuando ya no esté aquí"

-Es bueno saber que vos también preferís la primera opción.

Cuando me di cuenta de que Selina me recordaba muchas cosas de Lythene supe que ese no iba a ser un viaje fácil.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Mapa

Escudo de la Casa Blackstorm

Trono del Relámpago








PNJS II


Yoni

Patrick, el tabernero


Ser William Glover

Conocí a Ser William cuando pasó por primera vez por mis tierras. Me dio la impresión de ser el típico joven que quiere salir y divertirse acorde a su edad, vivir experiencias por todos lados, conocer chicas. Tenía y tiene un tremendo sentido del humor, así que claramente hicimos buenas migas. Si bien me pareció un tipo muy centrado, su vista se iba cada vez que una chica linda pasaba. Estuvo un buen tiempo por mis tierras, pero no encontró mucho para alardear, así que al tiempo partió. Lo volví a cruzar en territorio Locksley en una situación extraña, y automáticamente se puso de mi lado. Buen hombre.
Lo gracioso es que pensé que el casarse lo iba a volver más centrado, pero no tardo mucho en mostrar que seguía siendo el mismo joven aventurero bromista y mujeriego de siempre. Nos divertirmos mucho esa vez, charlamos horas y horas acerca de todo, mujeres, tierras, vinos, lugares.
Lo tengo en mucho aprecio, me gustaría que hiciera los votos para defender mi casa. Sería una buena forma de cimentar los buenos tratos que tenemos con la Casa Glover.
Aunque la realidad es que entre Frank y él quebrarían todos los burdeles de la ciudad.
(visión de Ser William de Bandar)


Septa Fawn


Pequeño e Idiota



Lady Elaine Tyrell


La Sombra


Guy


Emir Toyne



Sir Dunkan Locksley


PNJS I

Kevan Tyrell
Escudero

Todo el que aspire a ser caballero debe ser primero escudero y pasar toda su adolescencia y los primeros años de adultez bajo las órdenes de un caballero, Kevan es el mejor ejemplo, de niño fue entregado a Ser Frank Blackstorm para ser educado y entrenado para cumplir con los deberes de un caballero, educado en el camino de la lealtad y el honor, así como en combate, justas y etiqueta.

Kevan viajó largo y tendido por el poniente siguiendo a su maestro, ha conocido tabernas y posadas por todo el camino real desde los dominios Tyrell, pasando por los Tully y los Stark, y también siguiendo a su maestro a conocidas taberneras y mujeres de todos esos lugares, de todas estas experiencias quizá aprendió algo más que simplemente a ser un hombre de armas.

Alister Taylor
Mayordomo

Alister es único hijo de Dorothy y Aron que sobrevivió a la infancia en el duro norte. Hijo de una cocinera y un tejedor del pueblo del Trono del Relámpago la vida no le deparaba mucho hasta que su padre murió sacrificándo su vida por la del hijo de su señor.

Tras la ascensión de Bandar como señor de la casa Blackstorm Dorothy se convirtió en la jefa de cocina de la fortaleza mientras que su hijo ingresó como sirviente, gracias a su talento, a la ayuda de su madre y el beneplácito del señor de la casa pronto comenzó a ascender hasta convertirse en el mayordomo de la casa Blackstorm.

Siempre corre el rumor de que nada pasa en el Trono sin que Alister no esté enterado, aunque por lo que al él concierne es un mero rumor desafortunado y para nada atinado sobre su humilde persona.

Dorothy Taylor
Cocinera


Dorothy es la viuda del difunto Aron, un humilde tejedor, es una mujer sonriente y cariñosa que quiere a Bandar como a un segundo hijo.

Actualmente cumple con los deberes de la jefa de cocina de la fortaleza del Trono del Relámpago, es conocida por ser una gran chismosa y por ser una gran casamentera y partera entre los campesinos, las chicas jóvenes suelen acudir a ella ya sea por trabajo honrado o concejo.

Se rumorea que una noche al año se deprime y toma a más no poder en memoria de su difunto esposo a quien realmente amaba pese a sus repetidas infidelidades.

Balian
El rengo

Balian es uno de muchos hermanos y hermanas, todos nacidos y criados en el norte, de familia numerosa él fue uno de los hermanos que buscó ganarse la vida lejos de los campos de labriego, primero como bandido, luego como mercenario y finalmente como guardia de los Blackstorm.

De temperamento calmo, y de mente clara, ascendió rápidamente los pocos peldaños que el ejército de Lord Bandar posee, en parte gracias a las destrezas marciales que ganó durante su juventud, en parte por ser franco y honesto, cualidad que al joven señor parece agradar.

Actualmente lidera a la guardia personal del joven señor Bandar bajo las órdenes del hermano bastardo de este. Se rumorea, en el puerto más que nada, que de no ser por el Snow el sería el capitán de esa guardia.

Drake
El Sargento

El pasado de Drake más allá de su tiempo en la casa Blackstorm no está muy claro, sí se sabe que desde que fue contratado por el padre de Lord Bandar no ha hecho más que trabajar en el puerto para hacerlo crecer.

Capitán de un pequeño navío bajo el nombre de Lighting fue él quien trajo al artesano Percival desde el lejano Dorne para trabajar en el lejano norte a pedido del padre de Bandar.

Charlatán y bebedor consumado, es feliz en todo lugar donde haya una taberna bien puesta, mujeres y público para sus historias de aventuras y luchas contra piratas.

Percival

Artesano

Percival es un hombre de mundo, fue contratado por Drake en uno de sus viajes para servir a los señores de las tormentas como su artesano personal.

Como hombre libre Percival recorrió muchas de las ciudades libres, y corrió alguna que otra aventura que gusta de contar en las aburridas noches de invierno. Sus obras son de una calidad muy impresionante aunque suele timar a aquellos que no conozca o que no sepan regatear, para él, todo tiene un precio.

Su taller está ubicado cerca de la fortaleza y contra la única muralla de piedra del Altar, que el mismo construyó junto con un pequeño canal por donde pasa el río junto a su casa, Percival no está casado aunque se sabe que tiene hijos en Dorne (o por lo menos así lo afirma él), en su casa convive con un grupo de huérfanos que adoptó para que le ayuden en sus tareas y como aprendices, entre ellos se destacan dos hermanos a los que él aprecia mucho, Pequeño e Idiota, a los que suele llamar a los gritos “Pequeño idiota!”.

Mailen Jeyny

Cortesana

Mailen Jeyny llegó a la casa Blackstorm junto con su padre Guy Jeyny hace ya casi 10 años cuando la pequeña aún tenía solo unos dulce 5 años.

Guy era un caballero sin tierras buscando, casi literalmente, un lugar donde caer muerto, vagando junto con la pequeña fue que llegó al Trueno del Relámpago donde se entrevistó en privado con el padre de Bandar, de esta reunión surgió el compromiso entre Richard y la pequeña Mailen, días más tarde Guy pasaría a mejor vida en una de las camas de la fortaleza.

Se rumorea mucho sobre la unión de Snow y Mailen, algunos dicen que fue el padre complaciendo los caprichos de su hijo, otros que Guy tenía algo con que presionar al viejo señor, etc., etc., cada noche en la taberna aún hoy se escuchan historias sobre esa semana alocada en la que Guy y su hija llegaron al Trueno del relámpago.

Selina
Jefa de los bosques

Huérfana desde temprana edad Selina aprendió por las duras lo que es la vida en el bosque pantanoso de la casa Blackstorm, habiendo perdido a su padre, un leñador, y a su madre a garras de un grupo de Gatos Sombras vivió gran parte de su infancia y adolescencia sola en el bosque sobreviviendo a base de caza de poca monta y de un pequeño pero útil conocimiento de plantas que la madre le había inculcado ya desde pequeña.

Mucho se habla de su pasado, y dada su personalidad extrovertida es mucho es lo que ella inventa de él también, pero lo cierto es que no hace mucho que logró llegar a su puesto y que lo mantiene a capa y espada de todos los hombres que intentan quitárselo solamente porque llevan pantalones, exploradora y arquera experta es una de las mujeres más valientes de la casa Blackstorm, algunos agregan que de todo el norte.

Lord Stonehouse
Vasallo

Señor de la casa Stonehouse, un hombre de ideas prácticas, directo y ambicioso, poco más se puede decir de este hombre orgulloso de su casa y de su honor.

Eduard es una persona reservada en cuanto a su vida, solo se le conocen su difunto hijo y su hija Mildred como sus únicos vástagos a diferencia de su antiguo señor.

De Lord Eduard lo que más se sabe son los rumores sobre él que la verdad, y he aquí algunos ejemplos:

Se dice que mantiene vigilado al señor de la tormenta negra por miedo a que sea como su padre.
Se dice que mando matar a su propio hijo tras la boda de Mildred.
Se dice que es practicante de artes oscuras y es por eso que no puede salir a la luz del día.
Se dice que tiene más de mil cuevas repletas de oro y joyas.
Se dice que tiene una atracción insana por los caballos y los jóvenes caballeros.
Se dice que aún se escuchan los lamentos de su hijo Bulwyf por las noches en su castillo.

Randy

Randy es un muchacho nacido y criado en los campos que rodean el Altar de las Tormentas, de espíritu ingenuo y muy activo originalmente se había enlistado con los marineros para poder conocer mundo, sueño que pronto quedo truncado al no aguantar más de dos horas el oleaje y el vaivén de los barcos sin enfermar gravemente por mareos y fiebres, pronto quedo relegado a trabajo en el muelle… cosa que no le gusto, fue entonces que pidió el traspaso a la unidad de Arqueros… donde sobre salió por sus llantos y quejas por la falta de mujeres y alcohol, sumado a la gran cantidad de horas de guardia y riesgo de ser acuchillado por alguno de los vándalos de Stonehouse.

Pero fue durante su servicio como “Arquero” que su capitán vio en él su valía como guerrero de infantería, y pronto se apresuro a recomendarlo para la nueva guardia que Lord Bandar estaba formando en el Altar (aunque algunas malas lenguas dicen que solo era para sacárselo de encima).

Dentro de la Guardia, pese a lo que todos los marineros y arqueros hubieran apostado, hizo un gran trabajo como vigía y guarda espaldas, contento de poder gastar sus pagas en la taberna y de tener uno de los mejores uniformes de todo Blackstorm está sumamente orgulloso de hasta donde llego y de sus tareas. La suerte de algunos no conoce límites…

Mildred

Señora de la casa


Mildred es la hija única de Eduard Stonehouse y hermana del difunto Bulwyf Stonehouse, es una de las pocas mujeres en el Poniente que puede afirmar de corazón que ama a su señor esposo y que lo que hace lo hace con el apoyo tanto del amor a su señor como del honor y lealtad que a él le debe.

Criada desde chica para ser la líder de una familia y llevarla adelante nunca se espero con ser la esposa del señor de su padre, ahora, sentada junto a su marido en el Altar ella yergue su espalda orgullosa de su deber y de su trabajo.

Aunque su amor por su marido es algo que siente día a día en su corazón… este también le da un gran trabajo todos los días siendo ella quien se queda todos los días en la fortaleza organizando todo mientras su marido trabaja con los campesinos.

Todas las noches en la taberna se cuentan los últimos sucesos y discusiones de esta pareja, siendo siempre los más populares las pequeñas peleas que ellos tienen sobre lo que debe y no debe hacer Bandar o lo que tienen que hacer con sus hijas, incluso, en la taberna principal del puerto se lleva un registro de cuantas discusiones gano cada uno, cuantas quedaron en empate.

Aywin y Milwyn

Las princesas

Las pequeñas gemelas son el rayo de sol más grande que tiene el Altar de las tormentas, dos niñas que llenas de alegría corretean por toda la fortaleza, de la que conocen cada rincón, cada sirviente, y cada escondite posible.

Aunque sus padres hacen lo posible por diferenciarlas, colocándoles distintos vestidos, peinados y cintas, más de un sirviente las ha visto intercambiar estas cosas y hacerse pasar por la otra.

También es bien sabido por todo el pueblo que las dos pequeñas tienen su propio idioma, que suelen utilizar cuando están lejos de sus padres y de Dorothy, que suelen retarlas por usarlo, pero en privado, o cuando creen que nadie las ve, suelen discutir largo y tendido en ese intrincado dialecto que solo ellas dos comprenden.