lunes, 16 de abril de 2012

Caos

El frío de la piedra en mi pecho anunciaba que ya estabanaquí, cerca. Bandar también lo había sentido, las piedras reaccionaban a ellos y nosotros teníamos que reaccionar para defender la ciudad.
Todos estaban todavía allí, algunos se fueron como los nobles Frey, otros no tuvieron esa suerte y otros simplemente no se dieron cuenta del peligro que corrían.
Teníamos once mil personas en una ciudad preparada para seis mil quinientas... y parecía que esta vez el ejército agresor sería más grande, parecía que habían traído a todos los salvajes de las montañas.
Decidí ayudar a William con la organización de la gente que estaba afuera de la ciudad, la única forma de que entraran todos era ubicarlos en las calles, pero no había más opción, no podíamos ponerlos en peligro, fuera de la ciudad no tenían forma de sobrevivir a una batalla e incluso entorpecerían la defensa. William estaba con Richard organizando todo, pero no alcanzaba, la gente se amontonaba, intentaba entrar por la fuerza... me pregunté quién había hecho correr la información tan rápido y si había sido adrede que hicieran correr el pánico.
Cuando empecé a buscar a Dunkan había desaparecido, casi tan rápido como los Frey. Enseguida pensé en Kevan, Selina estaba con él y lo iba a cuidar, había sido su sombra durante todo el torneo. Y ahora que viajaban hacia Invernalia él estaría bien, o eso fue lo que creí...
Todo había pasado muy rápido, el torneo había traído a mucha gente a la ciudad y también había traído muchos problemas... Ser Barristan había traído con él al príncipe Rhaegar de incógnito y para agregar más emoción al asunto la hija menor del señor Stark, Lyanna, también estaba participando del torneo... No podía decirle nada a Bandar, no podía traerle más preocupaciones de las que ya tenía...
El príncipe atrajo al rey que llegó a buscarlo, en ese momento todos supieron quién era el "caballero del cuervo chillón". Bandar estuvo demasiado ocupado y casi no pude hablar con él...
Todos me dejaron a mí el asunto del príncipe, los que aún quedaban en el torneo de la Guardia Real desistieron de combatir. Estaba en una posición en la que no podía hacer lo mismo, si lo hacía iba a quedar mal como caballero que era, y si le ganaba al príncipe... Bandar me dijo que yo era el que tenía que decidir, que él no iba a decirme que hacer... la noche anterior al torneo decidí que no podía darle al principe una victoria no merecida, si me ganaba iba a tener que hacerlo dejándome inconsciente en el suelo.
Esa noche escuché por primera vez los llantos de los niños, los gritos en la fortaleza provenientes de la habitación del rey. MALDITO... Bandar no iba a dejar que le hicieran nada a los niños de la ciudad, pero ¿y esos niños que había traido? "MALDICIÓN, es tu rey no podés hacer nada..."
No fue fácil ganarle al príncipe, no porque no quisiera sino porque realmente era demasiado bueno... pero yo lo fuí más. Creo que no le gustó que le ganara, realmente no parecía de la misma calaña que su padre pero... ¿por qué no hacía algo para frenar sus malditas aficiones? ¿qué estaban todos locos igual que él?
Justo después de que Bandar me entregó la espada de acero valirio con el mango de marfil empezamos a escuchar el ruido del caos, y la piedra en mi pecho se puso fría...
Buscando a Locksley me encontré con Jon, que regresaba a la ciudad con un grupo de veinte personas, algunos heridos:
-Jon ¿que pasó?
-Nos emboscaron- dijo y escupió sangre junto con un diente al piso- los malditos nos emboscaron
-¿Hay algún herido grave?- le pregunté.
-No, pero perdimos gente. Locksley esta marchando a Bosque Espeso.
-Malditos ¿hacia la casa Glover?
-Puede ser, cruzaron por el Pantano, la casa de William esta en llamas.
-Jon avisale a william de esto de inmediato. Yo necesito encontrar a Kevan, está en peligro.
Primero pareció confundido pero después salió rápido de la tienda a cumplir lo que le ordené.
Si habían atacado al grupo de Jon, Kevan y los que estuvieran viajando hacia Invernalia estaban en peligro.

Mi prioridad se convirtió en buscar a Kevan, lamenté no haber matado a Locksley cuando tuve oportunidad, y agradecía que mi maestro, Ser Barristan, hubiera acabado con la vida de Ser Lucias Vypren, al menos no tenía que preocuparme por él.
Él no iba a dejarla descansar en paz nunca, iba a perseguirme a mí y a todas las personas por las que tuviera afecto por el resto de mi vida.
"Por qué no la dejás descansar en paz". No tuve oportunidad de decírselo.
Casi había matado a Kevan, solamente para hacerme sufrir a mí, ese había sido mi último error con él, no iba a cometer otro... pero allí estaba otra vez, corriendo para salvarle la vida al que había sido mi escudero.
Las calles eran un caos, me costaba caminar, cuando llegué a la tienda donde había estado Kevan recuperándose después de la Justa con Lucias no lo encontré y temí lo peor.
Caminé hacia la puerta que daba al norte, por las calles la gente arrastraba carretas, gritaban buscando a sus familiares o trataban de no ser tirados al piso mientras caminaban. Algunos soldados daban órdenes pero muchos no escuchaban. Algunos se peleaban en medio de la calle, otros se gritaban. Los únicos que estaban firmes y en posición eran los soldados de la Casa Blackstorm.
Iban a aprovechar para matar a Kevan en medio del caos, no solo porque era importante para su casa y por la alianza que se iba a formar entre norte y sur sino porque además, era importante para mí.
Me paré en el medio del caos y grité:
"¡Escúchenme todos, no tengan miedo, todas las unidades Blackstorm están listas, pero el Señor Bandar y yo necesitamos su ayuda!"
Fue inútil, nadie me escuchaba.
Estaba cubierto de barro, herido después de la batalla con el príncipe y justo cuando me estaba por desesperar sentí que alguien me tiraba del brazo y me llevaba hacia una de las calles laterales. Era Neddard Stark.
-Señor... Kevan... estaba con usted... necesito encontrarlo, está en peligro.
-Tranquilo Ser Frank. Ven.
Me tomó fuerte del brazo y me empezó a llevar con él a la Fortaleza.
Cuando pasamos por la taberna de Patrick vi gente dando de tomar y comer a los que menos tenían, o confortando a los que estaban en crisis. Y pensé que había dejado a Rowan y a Luna solas, y que otra vez, en medio del desastre, no sabía dónde estaba Selina.
Llegando a la Fortaleza Eddard me hizo señas para que no hablara y escuché que el rey le decía a sus hombres:
"No, no, esta todo mal... las unidades deben formar en 4 líneas de 4 soldados, eso los hará invencibles, si ya sé que me vas a decir, pero no importa, maten a los que sobren"
Si no fuera porque el hijo de mi señor me frenó agarrándome del brazo, no sé qué hubiera pasado... quizás el rey y yo estuviéramos muertos ya.
-Kevan es más importante- me dijo al oído. Y yo no le podía fallar otra vez a Kevan. Aún así sé que tuvo que arrastrarme para que no lo hiciera.
Tenía que calmarme y así fue que recordé las palabras de mi maestro Donovan, y casi al instante pude recuperar el control.
"Tenes que ser el orden en medio del caos"
"Tenes que estar tranquilo para ayudar a los que no lo estén"
Me llevó a dónde se estaban hospedando los Stark, a la parte alta de la Fortaleza, vi sus estandartes, el lobo wargo sobre fondo gris. Me llevó hasta una puerta custodiada por dos caballeros que tenían el escudo de la casa vasalla de los Tyrell, el símbolo era una ardilla.
¿Dónde estaría Anthony? Lo había dejado con Mailén... Él también podía estar en peligro... pero no podía hacer todo a la vez... tenía que actuar por prioridades y la primera ahora era Kevan.
"En el medio del caos, tenés que ir paso por paso, no sirve de nada desesperarse y querer hacer todo junto".
Claramente el cuarto al que me llevó lo había decorado una chica. Kevan estaba en el piso, sobre unas pieles. Estaba inconsciente y tenía un tajo en la cara.
Me acerqué y lo revisé, no parecía tener más que ese corte y la herida del brazo que le había hecho Lucias en el torneo.
Por lo que pude deducir el golpe iba directo al cuello, pero alguien lo había impedido, alguien se había interpuesto.
-¿Quién fue? el que lo atacó y el que lo salvó- le pregunté a Neddard. Le puse a Kevan la mano en la frente para ver si tenía fiebre, pero parecía estar bien y estable.
Eddard miró hacia la cama que estaba contra la pared, lo primero que pensé es que era Selina la que estaba herida, pero no fue así, había sido Lyanna.
Estaba con la espalda desnuda, Selina estaba mordiendo unas hojas y poniéndoselas en una profunda herida. El cuerpo le temblaba y eso no era buena señal. Enseguida fui hacia ella.
-El atacante era un Locksley- en mi mente otra vez resonó "¿Por qué no lo mataste cuando pudiste?" y después pensé que estaban planeando esto hacía tiempo, no podía ser casualidad. Usaron el torneo para poner en práctica alguna especie de plan.
¿Podría tratarse de una alianza con los Frey? Yo no tenía más enemigos que ellos, y claramente esto era una venganza contra mí. Maldición cuatrocientos soldados Fray todavía estaban en la ciudad.
-Maldición- le toqué la frente Lyanna, estaba ardiendo.
Selina solo estaba tratando de aplacar el dolor pero no iba a servir, el veneno necesitaba un antídoto.
Miré a Selina con alivio, por un segundo creí que era ella la que estaba en la cama... su rostro reflejaba una terrible preocupación por la niña.
-Tranquila- le di un beso en la frente para tranquilizarla y después le dije a la niña- Princesa, voy a tener que tratarla yo, esa herida es más grave de lo que parece...
-No sé que pasa, Frank.... está así y no logro que reaccione- me dijo Selina.
En ese momento me di cuenta de que estaba mirando hacia la nada, no estaba consciente. Eso era grave, tenía que actuar rápido pero también tenía que avisarle a Bandar sobre los Frey. Dos prioridades a la vez, iba a necesitar ayuda.
Seguramente habían envenenado el arma para terminar el trabajo si el golpe no tenía efecto mortal. Dos veces habían intentado matarlo y dos veces habían fallado, pero ahora la vida de la niña corría peligro.
En esa habitación no había todo lo necesario, iba a tener que salir a buscar las hierbas para preparar el antídoto para contrarrestar el veneno. Mientras pensaba donde podía encontrar todo llamé a Whitewing.
-Selina, necesito que escribas un mensaje a Bandar y se lo envíes con Whitewing. Solo escribí esto "Los Locksley atacaron a Kevan, pero lo están atacando porque es importante para mí, eso solo me hace pensar que los Frey tengan algo que ver al respecto. Los soldados todavía están en la ciudad." Necesito materiales que no hay en esta habitación, tengo que salir a buscarlos- le dije a Neddard y él asintió.
-¿Que hacemos mientras tanto?- me preguntó.
La miré a Selina y le dije:
-Hay que limpiar la herida lo mejor que podamos para sacar el veneno de la superficie, para lo que ya hizo efecto tengo que preparar un antídoto.
Sabía que Shiela tenía la mayoría de las hierbas medicinales que necesitaba así que fui a la casa de Luka, él no estaba allí así que solo entré y tomé las cosas que necesitaba. Le pedí a Shiela que me acompañe, ella podía asistirme para acelerar el proceso y además no era seguro que estuviera sola.
Iba a costar bastante, hacía mucho que el veneno estaba haciendo efecto, quizás tuviéramos que estar allí muchas horas, pero había que salvarla y esa era ahora la prioridad. Salvar a Lyanna Stark.

Selina, Shiera y yo estuvimos hasta altas horas de la noche luchando contra el veneno. En varios momentos pensé que la perdíamos pero la niña es fuerte. Poco a poco el veneno fue retrocediendo ante el antídoto y logré salvarla. Kevan seguía estable, ahora ambos estaban dormidos.
Cuando me miré el brazo recordé que Luna me había curado las heridas, sino probablemente en ese momento no hubiera podido estar ni siquiera parado. Esperaba que Rowan y ella estuvieran bien…
Afuera todavía se escuchaban algunos gritos, pero mucho menos que durante el día. Me puse a pensar en si necesitaba dormir un poco o podía aguantar un poco más, tampoco servía que al día siguiente no pudiera sostenerme en pie.
Estaba muy cansado. Me senté contra la pared junto a la ventana, Selina dormía apoyada sobre mí y Shiera dormía con la cabeza apoyada en el hombro de Selina. Miré a Kevan, a Eddard y a Lyanna, eran niños todavía… Tenían mi edad cuando estaba peleando en la Guerra de los Nueve Peñiques.  Tengo que protegerlos a todos, pero si no duermo un poco no voy a poder hacerlo, así que la prioridad era dormir.
Me abracé a Selina y pensé en todo lo que había pasado ese día, la Justa con el Príncipe, lo que me dijo Bandar del Rey y los gritos de los niños en la Fortaleza, la llegada de los caminantes blancos, el ataque a los Glover, que no  pude ayudar a William, que el Rey estaba matando a sus propios soldados antes de la batalla, y de nuevo el ataque a Kevan… Pensando en todo eso, me fui quedando dormido.

Soñé con las peleas, los golpes… el sol empezó a ocultarse y la vi a Luna subida al arciano de la Fortaleza mirando la negrura del mar en la noche. Empecé a sentir olor a quemado, a alquitrán y a madera quemada. La imagen fue haciéndose cada vez más proximada al puerto, vi a los barcos Greyjoy que uno a uno empezaban a arder… Estaba muy oscuro pero alcancé a ver las velas cuadradas y de entre las sombras surgieron cabezas de dragón talladas en la proa de pequeños botes.
¿Targaryen? ¿Qué significaba eso? No eran barcos como en el que había venido el rey, eran botes, y no llevaban ninguna bandera o estandarte.
Todo estaba planificado, sabían que el príncipe iba a venir, incluso que hubiera tanta gente que llegó sin ser invitada al torneo podía ser casualidad… ¿Esperaban atacar a los líderes de cada casa y al rey? No los culpo por querer matar al rey…
Este sueño era extraño, no era como los que tenía cuando veía a través de Whitewing, no lo estaba viendo desde arriba sino desde la posición en la que estaba Luna sobre el árbol y como si la imagen se agrandara justo donde estaba el puerto…
Vi cómo la gente prendida fuego caí al mar desde los barcos quemándose, y en un momento las sombras de los botes se fueron haciendo cada vez más grandes, se estaban acercando…
¡Van a obstaculizar el puerto para que no podamos escapar o aprovisionarnos por mar!
Esto era el todo por el todo, tenía que avisarle a Drake.
“¡Drake! ¡Van a obstaculizar el puerto! ¡Nos van a encerrar!"

Me desperté, estaba cubierto de sudor frío. No sabía si había llegado a gritar pero ver a todos dormidos me hizo saber que lo había hecho solo en el sueño.
Selina dormía, afuera todavía era de noche. La besé y me levanté despacio para no despertarla. Ni siquiera lo notó, estaba muy cansada.
Estaba oscuro, cuando encendí la vela vi que Eddard ya no estaba.
Decidí dejarle un mensaje a Selina pero casi al instante me surgió una inquietud “¿otra vez la vas a dejar sola? ¿A ella y a Kevan?”
Pero tenía que avisarle a Drake, así que llamé a Whitewing. Llegó enseguida, tenía una rata colgando del pico. Terminó de comer en el marco de la ventana mientras yo escribía el mensaje.

"Drake, van a tomar el puerto, nos quieren cortar todas las vías de escape, no dejes que lo hagan. Son botes con cabezas de dragón, fueron los que quemaron los barcos Greyjoy"

Si solo había sido un sueño iba a parecer un loco, si no había sido un sueño iba a salvar muchas vidas, preferí la primera opción.

-Whitewing, llevalo a Drake, en el Puerto- le até el mensaje a pata, le acaricié el pico y lo vi emprender el vuelo.

Creo que dormí unas pocas horas, faltaba todavía para el amanecer. Le toqué la frente a Kevan, parecía estar bien, pero Lyanna todavía tenía fiebre así que le puse un paño de agua fría en la frente. Tenía que sacarlos de Trono de alguna forma pero por el momento eso no iba a ser posible. Si no podía sacarlos iba a tener que ocultarnos en la ciudad hasta saber que estaba pasando y si teníamos pasos para salir o no. Iba a tener que esperar que Selina se despertara, era la que mejor conocía el terreno y los caminos.
Si conocía algo a Bandar sabía que no iba a soportar un sitio, iba a salir a atacarlos, y más si tomaban el puerto. No había forma de sacarlos por tierra, tampoco por mar, y la princesa no estaba en condiciones de hacer un viaje que implicara una escapada por el bosque. Kevan quizás estuviera imposibilitado tres o cuatro meses y quizás más en recuperar su brazo…

Podía llevarlos con Rowan a la casa comercial, ahora que lo recordaba Rowan me había pedido que le llevara provisiones. Miré por la ventana, muy a lo lejos se veían puntos de luz. Me pregunté a cuánto tiempo de viaje estaba de allí el ejército que iba a atacarnos ¿estarían esperando que amaneciera? Iba a tener que buscar a Bandar, no iba a poder quedarme con ellos todo el tiempo cuando el enemigo atacara la ciudad me iban a necesitar en el frente. Si Kevan no estaba iba a tener que liderar yo la caballería… ¿Dónde estará Relámpago? Lo había dejado en los establos, gracias a él había ganado todas las justas, probablemente con un caballo común no hubiera llegado tan lejos.
Me gustaría en estos momentos dividirme en diez personas para poder hacer todo lo que hay que hacer... ¿Dónde estará mi guardia? Lo último que les ordené fue que ayudaran a William a entrar a la gente, pero ahora no sabía dónde estaba ninguno de ellos, ni si William estaba o no en la ciudad.
Más allá de todo eso me sentía extrañamente tranquilo, probablemente porque eso es lo que siempre me había repetido mi maestro que tenía que hacer en situaciones de caos.
Lo único que no podía dejar de pensar era en esos pobres niños… y recordé a Luna, era de noche, y en el sueño estaba en la Fortaleza sentada sobre las ramas del arciano… ¡¿Y si estaba allí? ¿y si se había escapado de Rowan?!

Le dejé un mensaje a Selina y corrí hacia la Fortaleza.

"Luna está en peligro, creo que se escapó de las manos de Rowan y está en la Fortaleza con el pedófilo del rey cerca, tengoque ir a sacarla de ahí.  Vuelvo lo antes posible"

Subí a la parte alta de la Fortaleza donde se encontraba el árbol arciano con el que había hablado antes de mi boda.
Todo estaba a oscuras.
A medida que me acercaba se escuchaban cada vez más claros los llantos y los gritos de las niñas y los niños en las habitaciones asignadas al rey. Usé toda mi voluntad para controlarme, mi objetivo allí era buscar a Luna, aunque quisiera proteger a esos niños nada podía hacer por ellos... Hasta llegué a preguntarme si estaba despierto o todo eso estaba pasando en un sueño... Lamentablemente no era un sueño y yo lo sabía.
Traté de no escuchar y olvidarme del entorno, pero era imposible.
Luna estaba sentada a los pies del arciano sobre una rama, tapándose las orejas con las manos. Estaba tal cual la había visto ese día en mi sueño, con la piel azabache y el pelo blanco lacio.
-Luna, ¿qué hacés acá?
Si la hubiera encontrado el rey... la levanté en brazos para sacarla de ahí enseguida.
Luna movía la cabeza de lado a lado sin destaparse las orejas mientras yo descendía los peldaños uno a uno y seguía escuchando esos llantos que me partían el alma.
Luna se dejó llevar, ni se resistió, estaba tan aterrada que cualquiera podría habérsela llevado de allí... Gracias a los dioses fui yo y no el rey.
-Luna, todo está bien, tranquila...
Traté de trasmitirle seguridad y protección mientras la llevaba, noté que era muy empática con lo que pasaba a su alrededor y parecía como si lo estuviera viviendo ella.
Poco a poco se fue destapando las orejas mientras nos alejábamos de los actuales aposentos reales. Tenía los ojos llenos de lágrimas.
-Tranquila, no te va a pasar nada.
Le acaricié el pelo, lo tenía muy suave y fino, casi parecía agua...
-¿Qué esta pasando?- me preguntó.
-La ciudad va a ser atacada, ¿por qué te escapaste de Rowan?
Movió otra vez la cabeza de lado a lado como si quisiera negar lo que había escuchado.
-¿Qué le pasa a esos niños? ¿¿que les están haciendo?? ¿por que no para?
No podía matar al rey aunque eso fuera lo que más quería hacer en esos momentos...
-Lo siento Luna, no puedo hacer nada por ellos...
Luna empezó a sollozar con las manos a los lados del cuerpo y la cabeza mirando al piso. La abracé y le dije:
-Vamos, te voy a llevar con mis amigos. Por favor, no te vuelvas a escapar...
No sé como logré hablar, el solo pensar en esos niños...
La llevé a la habitación donde estaban Kevan y Lyanna por el momento ese era el lugar más seguro.
Ella empezó a recorrer la habitación, parecía querer distraerse, olvidarse de lo que había escuchado.
-No despiertes a los que están durmiendo- le pedí en voz muy baja.
Ella se acercó a Kevan primero y le acarició la frente, no sabía como había logrado verlo en plena oscuridad.
Prendí una sola vela para que no hubiera mucha luz.
Noté que todavía estaba tensa y que le temblaban los pequeños dedos.
Traté de calmar la ira que se apoderó de mí, mis puños estaban apretados desde que había salido a buscarla...
-¿Qué pasa Luna?
-No sé...
Claramente nunca había tenido miedo, o al menos no a ese nivel...
Se acercó a la mesita y tomó un recipiente con agua y lo llevó hasta Kevan y comenzó a limpiarle la herida con mucho cuidado. Evidentemente era buena curando y tratando heridas. La escena era muy tierna, el recipiente tenía casi el doble del ancho de hombros de Luna. Mientras fui a revisar a Lyanna, ya estaba bien, la fiebre había bajado.
Cuando se escuchaba algún grito Luna se tapaba las orejas con las manos y a su vez se mojaba con el agua del recipiente y se manchaba de sangre con el trapo que usaba con Kevan. Estaba tiritando por el frío así que la limpié y la sequé para después cubrirla con mi capa.

La lluvia comenzó a ser cada vez más fuerte, y para mi alivio el viento comenzó a tapar todo sonido.
Me senté en el centro de la habitación, cosa de estar cerca de todos por si alguien necesitaba algo y además quedarme cerca de Luna por si se le ocurría volver a escaparse. Me dije que tenía que ir a buscar a Rowan, esperaba que estuviera bien en la casa comercial, cuando amaneciera iba a ir por ella.
Aún así decidí mandarle un mensaje con Whitewing. Seguramente estaba preocupada por Luna.
"No te preocupes por Luna, ella está conmigo. Quedate en un lugar seguro, lo mejor creo es que vuelvas a tu casa, tu familia te va a buscar, y seguro Ser Héctor te está buscando. No te metas en líos, si te envían algún mensaje no lo sigas puede ser una trampa"
Me pregunté si el episodio con los dornienses había sido parte de este gran plan. Después de todo habían ido directo con ella y no con su padre, el más poderoso de los Lanister, que tenía mucho dinero para pagar por el tío de Rowan...
Luna sacó de sus ropas unas plantas que no conocía y que usó para frotarlas en el brazo herido de Kevan.
-El te quiere de verdad
-Yo también lo quiero. Dos veces intentaron matarlo y yo no pude hacer nada...
-Está soñando con que te carga por unas escaleras y vos decis algo sobre una Elaine.
Sonreí. Seguramente esa escena se había repetido muchas veces en la vida de Kevan... pero ¿cómo sabía ella lo que estaba soñando?
-Él hizo mucho por mí... mucho más de lo que yo hice por él...
-¿Por que decís eso? él te quiere como a un papá.
-No fui un buen ejemplo de padre para él...
-Los padres no son buenos ni malos ejemplos, son padres y se los quiere por lo que son
-Él está ahora así por mi culpa, lo hirieron a él por querer hacerme daño a mí...
Luna aparentaba unos ocho años, pero a veces parecía que tenía muchos más con las frases que decía.
Whitewing se posó en la ventana esta vez traía un dedo en el pico, me pregunté de dónde lo habría sacado... Le até el mensaje para Rowan y lo dejé marchar.
-¿Estás bien?- me preguntó Luna. Me había quedado un rato largo sin decir nada.
-Sí, estoy bien, gracias a que me curaste- le sonreí.
-Sí, pero hay cosas que no puedo curar... él te va a seguir queriendo, aunque vos no creas que te lo merezcas, el sí lo cree.
Le acaricié el pelo a Luna y después le puse la mano en la frente a Kevan.
-Él no me conoció en mi mejor época... eran momentos donde yo no estaba dispuesto a mejorar... Y lo único que me hacía mejor persona era entrenarlo a él y servir a mi casa- Ella no entendió a qué me refería con casa o eso pareció así que le expliqué- A mi primo y a mi familia.
-Ah, a tu familia
-Sí. Él fue el que más me soportó esos momentos. Le debo demasiado.
-Va a recuperar el brazo, pero no se tiene que esforzar por varias lunas
-Me alegra mucho saber eso, y creo que a él también le va a alegrar.
Pensé que iba a tener que salir en algún momento, todavía no sabía qué era lo que estaba pasando afuera, decidí hablar con Luna al respecto.
-Luna, yo voy a tener que salir, pero necesito que vos te quedes con Kevan ¿Vos lo podrías cuidar?
Sabía que esa era la mejor forma de hacer que no se volviera a escapar.
-Sí....- le tembló un poco la voz.
-No vas a estar sola, los que están en esta habitación son amigos míos, ella es la princesa Lyanna Stark, ya está mejor pero necesita descansar. Shiera sabe sobre curación y se va a quedar con vos también para cuidarlos. Y a ella ya la conocés, es mi esposa Selina
Ella asintió y tomó valor, igualmente decidí que era mejor si despertaba a Selina. Cuando lo hice ella se frotó los ojos y me dio un beso.
-Selina, Luna está acá, tuve que ir a buscarla recién a la Fortaleza. Gracias a los dioses la encontré rápido. Tengo que salir, no sé que está pasando afuera, y quizás me necesiten. Kevan y Lyanna ya están bien. Voy a enviar a Eric y a Edmund para cuidarlos.
-¿Quién es Luna?
-¿Te acordás del sueño que te conté que tuve? ¿el de la niña? ¿cuando me contaste sobre los "hijos del bosque"?
-Sí, de esa chica del bosque
-Exacto, la encontré ayer en medio del caos, la dejé con Rowan pero se escapó
-¿¿¿¿¿Son de verdad?????- me dijo sorprendida.
-Eso parece- le dije mirando hacia Luna.
-Bueno...- estaba tan sorprendida que le costaba hablar.
-Necesito que te quedes acá hasta que lleguen Eric y Edmund. Después necesito que vengas conmigo, Ser David te va a venir a buscar. Por más que me pese llevarte, te necesitamos allá.
-Bueno...- supongo que para ella Luna era algo así como una santa así que estaba bastante shockeada al verla. No sé que le sorprendía más, si Luna o yo pidiéndole que viniera a combatir.
Selina se acercó a Luna, como si tuviera miedo de romperla solo con mirarla.Puse una rodilla en tierra y le dije:
-Luna, Selina se va a quedar con vos mientras yo salgo-
Selina no sabía que decirle y Luna se rió -Van a venir dos amigos míos a cuidarte. Se llaman Eric y Edmund.
Selina asintió.
-Necesito que cuides a Kevan y no te muevas de su lado, ¿entendiste?
-Bueno- dijo y se rió otra vez mirando a Selina.
-Voy a mandar con ellos a Ser David, vení con él.
Me acerqué a Selina y la besé a lo que ella me dijo:
-No frente a Luna- y su rostro se puso rojo.
Le sonreí a Selina y le acaricié la cabeza a Luna.
-Nos vemos en un rato.
Salí y me dirigí a los establos a buscar a Relámpago.


Fui a los establos. Relámpago seguía allí. Le acaricié el morro.

-Hoy va a ser un largo día amigo- dije acariciando su pelaje negro.

Él me lamió la mano buscando comida así que busqué en el establo y le di unas zanahorias. Él relinchó feliz.

Jamás había querido tener un caballo mío, siempre usaba alguno que estuviera disponible, no quería apegarme sentimentalmente a nada, y ahora...
Había entrenado a Relámpago ya por dos semanas y pensar en usar otro caballo era imposible para mí. Juntos habíamos vencido a todos, incluso al príncipe.

Sonreí. Era casi milagroso que en esa situación estuviera tan tranquilo y pudiera sonreír. En otras épocas eso no hubiera pasado.

Era ya muy entrada la noche cuando llegué a las puertas de la ciudad donde creía que debía estar mi guardia. Todo parecía estar muy tranquilo, casi no se escuchaban peleas, o gritos como antes del anochecer. Ya habían podido acomodar a toda la gente que estaba afuera,  las calles estaban atestadas, llenas de carpas, al igual que los parques y otros lugares abiertos.

Llegué a la entrada principal, el que me recibió fue Rhys. Un grupo de hombres de Randy estaba encargándose de ingresar cosas que podrían ser útiles.
Por lo que pude notar tomaban turnos para descansar y hacer eso. Evidentemente los hombres de Bandar eran los que mejor estaban llevando la situación y eso incluía según mi punto de vista a la guardia real.

-Perdón por el retraso.
Rhys sujetó a Relámpago de las bridas y me dijo:
-El descanso le vino bien señor.
LUna había curado todas mis heridas y además había dormido. Estaba listo para combatir en esos momentos si era necesario.
-Así es ¿Cómo está la situación?
-Está mejorando, por lo menos ya están la mayoría adentro
-¿Ser William sigue en la ciudad?
-Debería, o si salió no fue por esta puerta
-Necesito que me ayudes a encontrar a Ser David, Eric y Edmund, tengo algo que pedirles.
-Eric esta revisando las carpas... creo que Ser David dijo algo de ir a ver a su maestro antes de que anochezca pero no lo veo desde entonces y Edmund esta en las almenas. Adentro- me marcó una puerta en la muralla- están durmiendo Evan y Alan.
-Bien, por favor deciles a Eric y a Edmund que necesito pedirles una tarea muy importante, voy a ver si puedo encontrar a Ser David.
Rhys le acarició el morro a Relámpago y me dijo:
-Sí señor, ¿dónde quiere que lo esperen?
-¿Sabes donde están Jon, Ser James, Julien y el muchacho?
-Ser James dijo que había visto a alguien de su infancia, creo que la fue a buscar, y en cuanto a los otros 3...... bueno digamos que John esta conociendo las tabernas del norte... el resto no es necesario decirlo.
-Espero que sea en su turno de descanso...
-Julien decía algo de Patrick, no sé bien quien es.
Me reí.
-Yo sí, con eso es suficiente.
Realmente creí que allí abajo todo iba a ser un caos, pero ya todo parecía tranquilo, al menos por el momento.
-Supongo que el muchacho también está con él- le dije- quería conocer a las mujeres del norte. Deciles a Edmund y a Eric que los espero justo en este lugar. Estaré aquí en poco tiempo, si no encuentro a Ser David volveré.
-Muy bien

Soltó las bridas y yo comencé a recorrer las calles. A estas horas todos estaban durmiendo, muchos en las calles pero dormían. La escuela y otros establecimientos habían abierto sus salones para que la gente que no tenía donde quedarse tuviera un techo. La mayor actividad en ese momento la representaban las guarniciones patrullando o solucionando alguna disputa, que ya casi estaban todas aplacadas. Al menos hasta que amaneciera y todos los que estaban durmiendo en la calle volvieran a buscar un techo a lo que era de esperar que hubiera peleas entre los campesinos...
Cuando pregunté por Ser David y por mi maestro me dijeron que los habían visto por la zona de las mansiones hacía no mucho tiempo. Eso era lejos así que decidí volver por los muchachos.

-¿Todo bien señor?- Me preguntó Edmund.
-Parece que por el momento sí, no puedo decir lo mismo de la mañana.
-¿Nos necesitaba?- preguntó Eric.
Bajé de Relámpago y les dije:
-Sí. Tengo que pedirles un gran favor. Hay muchas cosas que todavía no sé, pero una vez más intentaron matar a Ser Kevan- lo dije en voz bien baja.
-Es peor que James...- susurró Edmund.
Eric lo codeó por el comentario desafortunado y preguntó:
-¿Necesita que lo vigilemos?
-Ojalá fuera a él solo. Vamos les voy contando en el camino. Gracias Rhys, por favor buscá al resto, que descansen y que estén listos para la mañana lo antes posible
-Muy bien
-No los interrumpas si están con algunas de las chicas de Patrick. Eso sí que les avisen apenas puedan
Rhys asintió.
-Vamos. Eric, seguro escuchaste hablar de los "hijos del bosque"
Sabía que él era el que mejor sabía de leyendas y cuentos.
-Algo, son los que usan esos arboles blancos pintados, se supone que son grandes magos de épocas de antaño.
-Sí, supongo que esa podría ser una definición... Además de Kevan, hay una niña que quiero que protejan, su nombre es Luna.
Me miró extrañado, del tiempo que me conocía yo nunca le había nombrado a ninguna "Luna".
-Y además necesito que también protejan a la hija del Señor Stark- agregué- La casa Wythers está asistiendo en la protección de Kevan, si ven miembros de esa casa no se preocupen. No puedo decir lo mismo de los Frey. Cuanto más alejado estén esos soldados de mi anterior escudero mejor ¿preguntas?
-¿Solo dos para tres?
-Mi idea es avisarle a los Stark lo antes posible para que envíen a alguien a cuidar a Lyaana. Quizás ella tenga su propia escolta.
-Muy bien
-Ahora que veo que están las cosas más tranquilas creo que lo mejor es no moverlos de allí por el momento

Selina estaba con ellos y de pronto recordé lo que me había contado de su pasado... del que había sido su "padre". Lo que pasaba en la Fortaleza, lo que pasaba con esos niños... ¿y si hacía algo en contra del rey? Tenía que hablar con ella rápido.

-¿Pasa algo Ser Frank?- me preguntó Eric, seguramente había hecho un movimiento en las riendas para que Relámpago cabalgara más rápido.
-De repente me preocupó algo... vayamos rápido

Cuando llegamos estaban los mismos guardias que cuando me había ido. Ahora en la Fortaleza reinaba un silencio de tumba. Suspiré aliviado cuando vi que Selina todavía estaba allí. Estaba sentada en el piso cantándole una canción a Luna que estaba acurrucada junto a ella durmiendo.
Busqué unas mantas y preparé una cama improvisada junto a la de Kevan.
-Ella es Luna, una hija del bosque, necesito que la cuides, igual que a Kevan. Ya le dije que iban a venir, y que eran amigos míos.
-Bueno- dijo mirando con cara de sorpresa a la niña de piel azabache -no se preocupe, no le va a pasar nada- dijo Edmund y puso una silla junto a la puerta.
Eric miró a Luna con una expresión de que iba a hacerle muchas preguntas cuando despertara.
-Es bastante escurridiza, no dejen que se escape, voy a volver a verlos apenas pueda, tengo miedo que la puedan herir afuera.
-Está bien... no sé bien como cuidar a una maga... pero creo que me las puedo apañar- dijo Eric y se sentó junto a la ventana.

Fui junto a Selina y le dije que siga cantando mientras yo levantaba a Luna y la dejaba en la cama que había armado. Ella hizo lo que le pedí y además se le acostó al lado. Era lo mejor, las dos iban a estar seguras allí.
Selina me pidió que al día siguiente le llevara la armadura que le había regalado Ser Barristan. Le dije que no había problema y que descansara.
Ella siguió cantando hasta que poco a poco se fue quedando dormida al igual que Luna. Decidí que ahora que ellas dormían y mis guardias estaban allí era momento de volver a salir. Todavía no podía ir a ver a Bandar así que decidí ir a las casas de curación, quizás pudiera ayudar allí con los heridos. Pero antes tenía que pasar por el puerto.

Cuando llegué al puerto todo estaba tranquilo, me pregunté si realmente había pasado lo que había visto en mi sueño. Los soldados recorrían el puerto en formaciones de cinco y en el punto más alto algunos estaban atentos a lo que se podía ver mar adentro.
El aullido del viento y el crujir de la madera de los barcos ya eran familiares para mí, antes de mudarme a Altar ese era mi segundo hogar.
Le pregunté a uno de los guardias por Drake, me dijo que estaba descansando en una posada cercana al puerto para no alejarse. No sabía si había recibido mi mensaje pero la gente patruyando hacía intuir que sí lo había recibido. Todavía no habían visto nada, ningún barco incendiándose, habían puesto vivías y tenían un barco patrullando. Me pregunté si aún no pasaba lo que vi, pero eso solo me hacía sentir todavía más extraño, aún más que Luna.

Fui a ver a Richard pero estaba durmiendo, a cargo de la guardia estaban el segundo al mando de Yoni y Randalf. Por el momento la situación estaba controlada así que decidí ir a las casas de curación, con el objetivo de hablar con John para preguntarle cómo había sido el momento en que hirieron a Kevan y a la princesa, pero cuando llegué el encargado me recibió con la noticia de que faltaban hierbas medicinales para atender a los heridos. Por el momento todavía tenían algunas, pero no iban a durar mucho más.

Afuera la lluvia era cada vez más fuerte... salir en plena noche podía ser un suicidio, pero era eso o esperar que nos faltaran medicinas habiéndo un ejército cerca dispuesto a atacarnos... no había más opción tenía que salir de la ciudad. El encargado me dijo que había un caserío que le proveía de las hierbas que faltaban. Fui a buscar a Rhys y con otros 19 hombres de la mejor guarnición de Randy nos dirigimos rápidamente hacia allí.
Obviamente iba a comprarle las hierbas a esta gente, así que llevé dinero, haberle ganado al príncipe había servido para algo.
Le pedí a Rhys que explorara la zona, pero sin alejarse de nosotros. Les dije a todos que nos mantengamos unidos y que vayamos lo más rápido posible, aunque la lluvia se convirtió en tormenta y nos hacía cabalgar bastante más lento de lo que me hubiera gustado. Rhys iba adelante mostrando el mejor camino a seguir.
-Ser Frank, esta tormenta es muy rara
-Veo que está más fuerte de lo normal... ¿qué viste de raro?
-No es época para esta tormenta, esto es más de invierno
Los hombres de Randolf se pusieron a revisar la aldea mientras hablabamos
-Sí, es cierto... Quizás sea por los caminantes blancos...
La piedra que tenía colgada al cuello todavía estaba fría, pero no tanto como antes.
-Señor...- el guardia al que le había dado el dinero para comprar las hierbas volvió y me dijo- están todos muertos...
¿Muertos? ¿Quién los había atacado? Suspiré.
-Revisen todo, quizás haya alguien herido que necesite ayuda
-¿Que hacemos con los muertos?
Rhys ató al caballo y también se puso a ayudar, yo hice lo mismo.
-Hay que quemarlos- les dije. Cualquier cosa era preferible a que se unieran al ejército de los caminantes.
-Va a ser dificil...
Todo estaba mojado y la lluvia seguía cayendo en forma torrencial.
-¡Encontre las hierbas!- gritó uno de los otros soldados.
-Traigan las hierbas, vamos a prender fuego este lugar, quemen todo
-Señor... hay un bebé vivo
-¿Donde? lléveme
Tenía que asegurarme que no era un truco, un truco como el que solían hacer los caminantes blancos. Ya había visto un bebé que no era un bebé...
Escuché el llanto cuando estuvimos cerca de la casa. El bebé todavía estaba en la rudimentaria cuna, cuando le toqué la frente la sentí fría, no tenía fiebre pero podía morir por el frío. La madre había muerto queriendo defender a su hijo.
-Parece que lo mataron cuando estaba trabando la puerta con el cuerpo, atravesaron la puerta con algo- dijo Rhys investigando.
MALDITOS, NO SÉ QUIENES FUERON PERO LOS VOY A MATAR A TODOS.
-Rhys necesito saber quien hizo esto, tipo de armas, si hay algo que los pueda identificar.
Levanté al bebé y lo cubrí con una manta que había en la cuna.
Me fijé en la mujer, quería llevar algo para darle al pobre niño, algo que hubiera sido de ella. Tenía un collar, bastan rústico pero muy bonito. Se lo saqué y lo guardé.
Rhys se puso a investigar por toda la casa. Giró una mesa volteada y debajo había dos niñas, de la edad de Milwyn y Aiwyn, tenían dos vestidos preciosos parecía que habían ido a la ciudad a ver el torneo...
MALDITOS, LOS VOY A DESTRUIR...
-Ser Frank, mejor espere afuera...- me dijo Rhys.
Salí con el bebé en brazos afuera los soldados se encargaban de incendiar todas las casas que se prendieron como velas en medio de la tormenta. Seguramente habían tenido que usar aceite, las llamas subían hasta el cielo. ¿Cuántos hijos, hijas... cuantos bebés habrían muerto gritando en la noche? y quizás esta no fuera la única aldea... traté de calmarme otra vez, pero fue difícil.
Rhys salió de la casa, y fue él quien tiró la antorcha para prenderla fuego, era la última.
El bebé lloraba, lo miré, el pelo rubio se iluminó con las llamas... el pelo rubio como el de Lythene...
Llovía tanto que nadie se hubiera dado cuenta de que estaba llorando, aunque por instinto traté de que Rhys no me viera.
-Rápido, si no nos apuramos el bebé puede morir.
Enseguida dejé atrás a todos, nadie podía seguir el paso de Relámpago. Sabía que no era una buena idea, pero tenía que apresurarme. Rhys era el único que venía detrás pero estaba forzando al caballo a ir más rápido de lo que podía.
-No se separen, sigan el camino y no se demoren. Rhys quedate con ellos.
-Sí señor
Creo que no pensé demasiado en mí en esos momentos, tenía que salvar al bebé... el único sobreviviente de esa masacre.
Cuando llegué a la casa de curación lo primero que hice fue poner al bebé cerca de fuego, sacarle la ropa mojada y secarlo. Era una niña. Era tan frágil que por momentos pensaba que podía lastimarla.
No necesité ayuda, pero iba a necesitarla. Tenía uno de sus pequeños ojos manchado de sangre. No quise pensar que seguramente había sido la sangre de su madre. Gracias a los dioses se podía tratar y no iba a quedarle así para siempre.
Después de que estuvo seca y cerca del fuego seguía llorando, seguramente tenía hambre.
Le pedí a uno de los guardias que fuera a alguno de los refugios y que buscara a una mujer que tuviera un bebé o nene muy pequeño. En un momento pensé que Mildred podía hacerlo pero no quería molestarla habiendo otras personas que podían ayudar, seguramente ella estaba durmiendo o demasiado ocupada.

Una mujer que parecía provenir del sur llegó al poco tiempo. Tomó a la nena en sus brazos y la amamantó.
-Gracias, realmente me estaba superando la situación- le dije a la chica.
-No hay porque- el acento era sureño- ¿es su hija?
-Sus padres murieron, así que supongo que sí, es mi hija
Miró a la niña con mucha ternura cuando le dije que sus padres habían muerto.
-Es un pequeño milagro, si no hubiéramos salido con esta tormenta porque faltaban hierbas medicinales no estaría aquí y ya estuviera descansando al lado de La Madre. Pero supongo que los dioses le tienen alguna tarea importante guardada.
-¿Sabe cómo se llama?- la bebé le agarró el dedo con toda la pequeña mano.
-No, no hubo tiempo para averiguarlo... Tuve que traerla cuanto antes. La llamaremos Katherine.
-Sos muy bonita Katherine- le dijo jugando con su manito- ¿su mujer la va a aceptar?
-¿Eh? todavía no pensé en eso... solo pensé en salvarla... Era la prioridad. Usted tiene hijos, supongo que tendrá un niño pequeño.
-Sí tengo varios, el más grande tiene nueve.
Me quedé unos momentos sin decir nada, pensaba que realmente no sabía si Selina iba a aceptar que nos quedáramos con ella...
-Debe tener mucha experiencia con los niños, no es mi caso evidentemente
Sonreí un poco.
-¿Cómo? ¿un hombre tan apuesto no tiene hijos? ¿que hace su esposa?
-Nos casamos hace muy poco
-Mañana intentaremos bordear por la costa el bosque con mi marido
-Les recomiendo que no salgan de la ciudad por el momento. Si necesitan donde quedarse yo les buscaré un lugar. Afuera las cosas están bastante peligrosas.
-Muchas gracias... no sabemos cuando podamos volver a casa...
-Solo le pediré como favor que me ayude a alimentar a la niña
Ella solo sonrió y dijo:
-Katherine es un nombre hermoso
Suspiré aliviado. Ella le dio unas palmaditas en la espada a Katherine que sonrió.
-¿Sabe que esta pasando? ¿Por qué hay tanta gente volviendo herida a la ciudad?
-Nos llegó la información de que nos atacarán. La niña vivía en una aldea que fue atacada
-¿De donde viene Katherine?
-De un caserío al norte...

Como lo supuse, ese iba a ser un día largo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario