lunes, 16 de abril de 2012

Luna


Hablar con los árboles… Lythene hablaba con ellos, no debía ser tan difícil. Sería más fácil si creyera que hay dioses antiguos y que me pueden escuchar a través de los arcianos. Cuando lo conté a Rowan me había dicho que tenía que invitar a Luna a mi boda, que tenía que llamarla a través del árbol. Se decía que los “Hijos de los Árboles” podían comunicarse a través de ellos.
¿Por qué me costaba tanto creer si yo mismo había sido testigo de poderes antiguos? Poderes que habitaban esta tierra incluso antes que los Siete.

Había conocido a Luna en el lago. Ella tenía la tez azabache, y el pelo muy blanco, recuerdo claramente sus orejas terminadas en punta. Había llegado allí con Withewing en un sueño. Había viajado hacia un bosque verde, virgen, un bosque en el medio de las montañas. No sabía a quién pertenecían esas tierras, posiblemente a los Stonehouse o a una casa menor Glover.

Me di cuenta de que para comunicarme tenía que mostrarle un recuerdo, pero tenía que ser un recuerdo de Whitewing… era muy extraño, sino fuera porque no había bebido esa noche seguramente hubiera creído que era por los efectos del alcohol.

Trascribo aquí lo poco que recuerdo y lo que pude interpretar de nuestra conversación:

Whitewing se posó a los pies de un pequeño lago, vi su reflejo en el agua. Escuché unos ruidos atrás (sí, parece que puedo controlar lo que hace Whitewing mientras duermo si me lo propongo). Miré y vi un montículo de hojas que se movían por el viento, pero no era el viento, parecían moverse de forma antinatural. Fue en ese momento que escuché el cántico. Parecía una especie de rezo, pero no entendí las palabras.
La canción, llegaba a su fin y las montañas parecían cada vez más lejanas… Y la canción se perdió con el viento…
El montículo de hojas comenzó a desparramarse de forma extraña, quise mirar pero había veces que Whitewing se daba cuenta que alguien tomaba el control y me lo hacía cada vez más difícil… Escuché el ruido de una ramita al quebrarse, esa fue la primera vez que la vi. 
El montón de hojas que se movía era su ropa, tenía una capucha también, formada con esas mismas hojas.
“Brillante” era lo que pensaba Whitewing de la piel de la niña, tenía un leve resplandor cuando le brillaba la luna en el rostro. A Whitewing parecía gustarle ese brillo.
-¿Quién sos?
Supe que le decían Luna, cuando miró a la Luna reflejarse en el estanque.
-Hola Luna, ¿qué hacés sola en este lugar?
Se agachó y le acarició el pico a Whitewing, a él no le gustaba que le hicieran eso, pero cuando lo hizo ella no hizo nada. Whitewing se imaginó la Fortaleza en Altar, yo estaba sentado en el comedor y él me veía a través de la ventana.
-Es mi casa, me llamo Frank
Ella se llevó un dedo al mentón y sonrió cuando se le ocurrió cómo decirme lo que quería comunicar. Se sentó en una rama del arciano y señaló todo alrededor.
-¿La montaña es tu casa?
Ella se acercó al agua y bebió, tenía sed, se miró y luego miró a la Luna.
-Luna- y después centrándome en mi cuervo- Él es mi amigo, Whitewing.
Ella puso cara de duda, yo estaba consciente que allí ella no era la extraña, sino yo, que hablaba a través de un cuervo… Vi una escena donde Whitewing me pedía permiso para comer, primero supuse que ella tenía hambre, pero no era así, lo que quería era pedirme permiso para ver.
-Tenés el permiso.
Ella tocó la cabeza de Whitewing y me vi en la habitación, abrazado a Selina. Estábamos tapados con las sábanas pero cuando vio eso salió enseguida.
-Ella es Selina, mi prometida.
Luna sonrió algo avergonzada.
-¿Vivís sola aquí?
Ella negó con la cabeza.
-¿Vivís con tus padres?
Miró hacia un punto negro a lo lejos, parecía alguien que estaba pescando, podía ser su padre, o podía ser solo casualidad que hubiera alguien allí.
-¿Puedo venir un día a visitarte? ¿Como Frank?
Se quedó pensativa. Suspiró y negó con la cabeza. Vi un permiso de viaje que me habían dado para recorrer las tierras del sur cuando todavía era un caballero errante.
-¿No puedo pasar sin un permiso?
Asintió. Me mostró una imagen de un guardia y un lobo.
-Tendré que pedir permiso a los Stark…
Ella asintió. Vi una imagen de Anthony buscándome en Altar. Me estaba preguntando si podía venir ella.
-Si puedes venir a visitarme ven, me gustaría mucho.

Al día siguiente cuando desperté le conté mi “sueño” a Selina, ella me dijo que la descripción de Luna parecía la misma descripción que le daban a los “Hijos del Bosque”.

“Luna, si estás ahí, quiero invitarte a mi boda”. Tenía que pensar en un recuerdo, recordé la boda de Ser Jorah, y casi al instante la imagen de Lythene volvió a mi mente, estaba tan hermosa, su vestido blanco, la tiara que adornaba su brillante pelo rubio… Estaba feliz, su sonrisa iluminaba todo el salón… “Esto es una boda Luna” miré hacia el cielo y traté de imaginar la luna en el punto que estaría cuando Selina y yo nos casáramos “Es en ese momento cuando tienes que venir si quieres verlo”.
Por un momento me sentí triste, pero después recordé la sonrisa de Selina, y volví a ser yo. Gracias a ella podía volver a ser yo.

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