La llovizna cesó, dejando paso a un cielo claro con un sol
inusualmente radiante para el duro clima del norte. Un magnifico día para la
jornada de caza que estaba programada. Sir Stonehouse hizo sonar el cuerno, y
los hombres dieron a su equipo una última revisión. El joven Luka se dispuso a
ensillar su caballo. Pese a que muchos hablaban del poco cuidado que le daba a
su destreza física, no solía dejar por nada del mundo que los sirvientes toquen
sus cosas. El abrigo era más que suficiente, aunque el frío le mordía el
rostro, en especial en la zona donde su padre le había propinado un golpe, no
tan fuerte como para marcarlo.
La mayoría de los presentes no había dicho nada cuando ambos
salieron de la habitación, tras la discusión, y ambos habían estado
silenciosos. Su padre no había gritado, no necesitaba hacerlo para humillarlo.
Luka comprobó las cuerdas de su ropa de abrigo, las bridas, y su ballesta. En
el estuche de dardos, verificó que estuvieran los cinco “especiales” que había
preparado. Luego montó, y se dirigió al paso de su corcel al lugar de partida.
El objetivo de la cacería era claro: encontrar al enorme
Jabalí macho que estaba arruinando los cultivos, devorándolos y contaminándolos
con sus heces. Además, decían que era más grande que un caballo, y que tenia
puntas de lanza clavadas en el cuerpo que lo atormentaban de dolor y lo
convertían en una criatura peligrosa, sobre todo para gente sola y desarmada.
De todos modos, por supuesto, la partida de caza cobraría otras piezas, a
medida que aparecieran. El grupo de cazadores se dividió en dos para buscar al
peligroso animal; Richard, el hermano bastardo de Luka e hijo, como él, de Lord
Blackstorm, señor de esas tierras, se fue con el otro grupo, lo que arrancó a
Luka un gesto de satisfacción. Ya era bastante malo tener que aguantarlo en
palacio, viviendo casi como si fuera uno de los hijos legítimos de Señor, como
para encima arruinar un bonito día soleado con su desagradable estampa.
Lord Blackstorm sólo parecía interesado en que su gente
obedeciera, y en que sus campesinas estuvieran disponibles para el. Asi había
nacido Richard. Mientras tanto, el Señorío se caía a pedazos, total, aquí en el
norte siempre se le podía echar la culpa al duro clima, a lo difícil que es
vivir aquí….para justificar la incompetencia del gobernante; no se supone que
eso debería hacernos mas laboriosos? Más incansables? “Firmes Contra la
Tormenta” decia el escudo de la casa, pero el padre de Luka sólo la mostraba
con sus subalternos. or eso le había molestado tanto su reprimenda.
Si Bandar, el hermano pequeño de Luka, era lo bastante bueno con las armas como para
derrotar a su hermano mayor, mejor para él, que tenía de malo perder una pelea?
Acaso los reinos se gobernaban ganando y perdiendo peleas de uno contra uno?. Tan desautorizado se sentía Padre de que su
hijo mayor no intentara ser el mejor en todo para ser un digno heredero? Además, digno de que? Cualquier inútil podría
hacerlo mejor que Bandariel Blackstorm. Eso pensaba Luka, y lo que su padre vociferaba
dejaba claro que el sentimiento era mutuo.
-jajajjajaj mi hijo? Matar al Jabalí? Por favor, no me
humilles haciendo esas bromas…..
Luka contaba entonces con 14 años, edad a la que algunos
muchachos tomaban las armas, o entraban como escuderos de un caballero, o algo
similar. Nada de eso había logrado interesarle demasiado, y lo molesto que
estaba su padre por ello parecía alimentar su aversión a esas cosas, aunque mas
no fuera para llevarle la contra
La partida desmontó, dejando a los caballos en un claro. El
rastreador había encontrado huellas que podían ser las de la bestia. Luka
aseguró sus botas y ropas, y acaricio su ballesta. Su padre y Lord Stonehouse
lideraban la batida de malezas, que iba abriendo camino bosque adentro. Los
bosques del norte, aunque fríos, suelen ser bastante espesos, y en primavera y
verano con las plantas estacionales en pleno verde, podía ponerse realmente
difícil de transitar.
Un ruido de malezas puso al grupo en alerta y sacó a Luca de
sus cavilaciones. Pareció una falsa alarma, porque uno de los guardias señaló a
un pequeño conejo que rápidamente se escabulló entre la maleza. Pero de
repente, en el flanco opuesto del grupo, un hombre salió despedido casi un
metro, arrojado al suelo al cargar la enorme bestia , que había aparecido de
improviso, contra él por detrás. El verraco recibió una descarga de flechas,
ninguna de las cuales dio en el blanco, y cargó contra un segundo hombre,
zamarreándolo de tal manera que en pocos segundos yacía sin vida debajo de los
cascos del animal, que volvo a desaparecer en la espesura.
Bandariel vociferó una orden, y la partida se apostó para
dar cuenta del animal, pero aparentemente se había retirado, quizá viendo que
había demasiada gente. El Señor dio la orden de caminar en la dirección en la
que la bestia se fuera, e imprudentemente, se adelantó a la partida. Stonehouse
lo siguió de cerca, y extrañamente, también Luka, que llevaba su ballesta
armada; el resto de los hombres avanzó con más cautela, algo más atrás.
Lo siguiente sucedió muy rápidamente; Stonehouse era
sorprendido por el animal y apartado en su carga, siendo lanzado contra un
árbol, y aunque afortunadamente no sufrió heridas graves, quedó fuera de
combate unos instantes, mientras el Jabalí se abalanzaba sobre Lord Blackstorm.
Este trató de herirlo con la lanza, pero cayó al suelo, lastimado, mientras la
bestia se avalanzó sobre él, con intención de destrozarlo. Un sonido de saeta
se oyó, sutil, mientras el resto de los hombres dudaban de disparar por miedo
de herir a su señor. El animal entonces comenzó a tener terribles espasmos,
mientras chillaba como un lechón mientras es sacrificado, y con una sacudida
final se desplomó, sin vida. Tenia una saeta clavada en el cuello, cerca de las
arterias. Luka bajaba su ballesta, sin haberse alterado en lo más mínimo por la
situación. El veneno había funcionado, aún cuando él había pensado que la dosis
quizá no fuera suficiente para un animal de ese tamaño, y se le notaba cierta
expresión de satisfacción.
Un murmullo empezó a surgir de los guardias y de Stonehouse,
que poco a poco se transformó en un aplauso. El muchacho había dado cuenta de
la bestia y había, además, salvado a su padre. Pero éste no parecía compartir
el sentimiento de general aprobación hacia su hijo. Tras unos instantes, en los
que permaneció mareado en el suelo tras el ataque del animal, se incorporo y se
dirigió con paso lento y firme hacia su hijo, dando un grito que corto por el
aplauso
-Idiota!!! Cobarde!!! Has envenenado al jabalí , ahora no
servirá para nada….mi hijo no sabe cazar, entonces asesina a las presas!!!!
Mientras decía esto se acercaba furioso a Luka, que
permanecia de pie en el lugar desde donde había disparado, inalterable, y
mirando a su padre a los ojos.
-Papa, con todo respeto, el jabalí hierve por una hora antes
de cocinarse, no quedara nada de veneno para entonces….
Un golpe cruzó la cara de Luca, haciéndolo callar
-Silencio, idiota!! Un Caballero no mata con venenos!!! Y un
señor no puede perder con la espada contra su hermano menor!!!! Que imagen
estas dando???? Asi pretendes ser mi sucesor??? Eres una desgracia para la
familia!!! Maldito el dia en que te engendre!!! Hubiera preferido que ese
animal me mate, a que me salve un cobarde como tú de esa manera rastrera!!!
Un leve tono de miedo fue captado por Luka en su padre,
además de que aquella reacción estaba evidente condicionada por la adrenalina
del terror que acababa de pasar, desmintió aquella afirmación en la mente de Luka, que sintió más pena que
ira por su progenitor.
*Claro imbécil, y que tu me golpees delante de todos le hace
mucho mejor a mi imagen” pensó Luka, secándose la sangre con la mano y dándose
un masaje en el maxilar. Por suerte, ningún diente roto..había aprendido a
cerrar la mandíbula de modo que las brutalidades de su progenitor no lo
marcaran de por vida. No respondió nada, limitándose a desarmar la ballesta.
Después, unos guardias cargaron al animal, y sin más ceremonias, la comitiva
partió. Todo el mundo hizo silencio, como correspondía a la situación. Pero en
el aire y en los rostros de los presentes había una clara desaprobación hacia
la actitud del Señor de la Casa.
Con esa tensión, volvieron al castillo de trono. Allí,
Bandar esperaba que volvieran. A sus 11 años era pequeño para participar de una
cacería, que de todos modos no parecían agradarle demasiado. Aun así, era muy
fuerte para su edad, y el día anterior había vencido a su hermano mayor con la
espada; pero ahora lo veía pasar con el rostro magullado, y antes de la cacería
se había enterado de que el padre de ambos había reprendido a Luka… asique fue
a su habitación a ver qué había sucedido.
-Bandar, como estas?- Luka sonó afable y tenia
una sonrisa, pero también un golpe bastante fuerte en el rostro que le dejaba
un ojo morado muy visible. En lugar de estar quitándose la ropa de fajina,
parecía estar empacando.
-Bien. ¿Cómo estas vos, hermano?- preguntó
Bandar, con la cabeza baja -Cazaron algo? Qué pasó?-
Y agegó,
algo consternado por no conocer bien la situación -Los guardias no me dejaron
ver ninguna pieza-
-Un jabali se murió- respondió Luka
sencillamente, y con cierto tono irónico -Pero creo que papa no dejara que lo
cocinen...-
El heredero
de la Casa Blackstorm continuaba empacando. La mochila y la valija grande.
Parecía que se iba a un viaje largo, sin siquiera descansar desde la cacería.
-Te... te vas? Porqué?- Preguntó Bandar
dándose cuenta rápidamente de la situación.
-No es lugar para mi este. Evidentemente, papá
necesita un hijo que yo no soy.....- Respondio Luka perfectamente tranquilo -Tuve que matar al jabali con una flecha
envenenada, por eso no creo que cenemos eso hoy....
-No
entiendo... no entiendo porqué te vas... Sos el heredero de la casa- Dijo el
hermano menor, sin entender nada de la situación -Papá
se la pasa hablando de vos
-Si, de cómo
le voy a fallar- Sentenció Luka, mirando a su hermanito a los ojos. Aún era
bastante más alto que él, pero creía que eso no seria para siempre. Al pensar
eso se le dibujó al futuro maestre una sonrisa algo amarga.
-Lamento
dejarte esta carga, hermanito, pero de verdad, es lo mejor.- Dijo Luka, con una
sinceridad que iba a caracterizarlo, sin tratar de suavizar la situación.
-Pero qué vas a hacer? Qué vas a comer? De qué
vas a vivir? No podes irte! Qué vamos a hacer Richard y yo?- Bandar soltaba
cada cosa que le venía a la mente, bastante consternado, sin haber pensado
nunca que algo así sucedería. -Sos el
heredero de la casa!- gritó finalmente
-Snow puede hacer lo que se le canten los
arándanos. Yo me voy a estudiar. Es lo que hago mejor, me convertire en Maestre-
Explicó Luka, ya sin mirar a su hermano mientras revisaba que todo estuviera en
su lugar, en las valijas. No pensaba despedirse, ni siquiera de su madre, y por
supuesto, tampoco del Bastardo. -Allí en la Citadela apreciaran lo que hago
Luego de
cerrar una de las valijas, miró a los ojos a su hermano más joven y dijo -En
cuanto a ti, hermanito, me temo que ahora eres el heredero....a menos que los
bastardos hereden, creo que no.....- Y dicho esto, se quitó el anillo,
dejándolo sobre su mesa de luz
Bandar
explotó, estaba bastante furioso con la situación -Pero porqué!!! Por cazar un
jabalí con una flecha envenenada?.....- y agregó --Porqué te gané con la
espada? Mañana me dejo perder!
-No por
eso, por todo, porque no me interesa ser un guerrero, porque no me interesa ser
como papa, porque me parece estúpido saber pelear cuando diez arqueros con un
poco de disciplina pueden terminar con el campeón mas poderoso de los todos los
reinos. Porque los reinos no se gobiernan con fuerza. A lo sumo, con ella se
sostiene el poder, pero no se construya nada, así.-
La
respuesta de Luka había sido tranquila, convencida, lo suficiente como para que
el joven Bandar comprendiera que no había nada que discutir. Luka agregó -Porque
creo que esta tierra necesita otra cosa que un tipo como papá que se enseñoree
en ella para un día morir en su mediocridad como tantos antes que el.-
Y luego
señaló a su hermano -Vos podes hacerlo,
podes ser el hijo que quiere papa y ser también mucho mejor que él, lo sé.
Gracias por venir, hermanito, o yo me tendria que quedar acá....-
Habia rabia,
decepción, indignación en el rostro de Bandar, y lo disimulaba muy mal. Se
sentía casi traicionado, aunque de alguna manera, le daba a su hermano el
beneficio de la duda. Su respuesta fue brusca, pero sin odio.
-Andate... y volvé cuando seas maestre. Al menos voy a usar tus servicios como vos me estas usando ahora para irte.
Bandar volvió
la espalda, para salir de la habitación, visiblemente enojado; estaba furioso,
pero no iba a rogarle a su arrogante hermano, que siempre creía tener razón,
que se quede. Además, aunque nunca había pensado en dirigir la Casa, pero de
algún modo, aquello no le sorprendía, ni la idea le resultaba un peso imposible
de llevar. Tomó el anillo antes de irse. Ademas, apreciaba demasiado a su hermano como
para tener una pelea con él si, como esperaba, no iba a volver a verlo por
mucho tiempo.
Una sonrisa
se apoderó del rostro de Luka, aunque ya no había nadie para verla. Era de
amargura pero también de tranquilidad.
-Volvere,
hermanito. Lo hare. – y luego elevo la voz, gritando -Cuida a mama por mi!-